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Mostrando entradas de diciembre, 2009

Fomentar la lectura

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Hace algunos meses, las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires le aseguraron a la UNESCO que, en la capital argentina, “no hay que salir a buscar los libros, porque éstos lo encuentran a uno”. Tiempo después, informa “La Nación”, al comprobar que la evaluada es una metrópoli “que cultiva la lectura” y tiene a la “creación literaria como una de sus principales actividades simbólicas”, el organismo internacional decidió designar a Buenos Aires como “Capital Mundial del Libro 2011″. Ahora, con ese privilegio ya ganado, el Gobierno porteño ha decidido aprovechar la proximidad de las Fiestas para lanzar una nueva campaña de motivaciones literarias. En esta ocasión, publica “Infobae” la iniciativa, que cuenta con el respaldo de la Cámara Argentina del Libro, la Cámara Argentina de Publicaciones, la Fundación El Libro y la Cámara Argentina de Papelería y Librerías de Argentina, ha sido bautizada como “A mí regalame un libro” y ya se ha comenzado a promocionar por distintos medios. Al presen...

Hace tanto sueños…

¡Hace tantos sueños que te estoy soñando! La memoria es un túnel como un enorme útero que anochece y da a luz muñequitos con los ojos tristes. Ahora que soy un poco menos buena, me enoja la bravura, las ganas de batalla, el cansancio que solía hacerme llorar, cuando quería ser lo que no soy. Pero siempre quedabas, siempre con tus frases de Epicúreo, con tu manera de decir sweater en vez de pullover. El alba apaga un cigarrillo en el humo del mío y cierro los ojos como una gata triste y te sueño. La penumbra asiste a mis caderas pero no con la magia ecuestre, ya no más con galopes mareados por los versos de suburbios de Lugones. ¿Sabes? ¡Hace tanto sueños que te estoy soñando!

Una familia insomne

Una familia insomne habita en la celda del exilio. La pido a mi madre que no deje que vea a mi verdugo. He llegado al codo de la noche. A este umbral de acero ausente, ya no acuden los héroes.

Regreso

Como un preso que se sabe inocente, como un notario instruido en errores, la memoria registra los blandos argumentos del anhelo. Una idea, tenía mi nostalgia. La soledad no existe en este lado de la cama. Es tan sólo aparente el duelo del recuerdo. No me hace falta recordar mi casa. Ella viene por mí y me abre sus ojos. Mi madre me canta una canción de cuna en el oído. Mi corazón escarba en un patio transparente, un bullicio familiar derrama esta revolución de la alegría. No contiene tanto esplendor de lluvia , la ventana Hoy he vuelto a mi tierra.

Recuerdo

Cien años más tarde, un vuelo circular de moscas tristes me recuerda un verano. La ciudad se sumerge en la dulce ficción de algún recuerdo. Todavía, aún lo sé, todavía conservaba un rumor de sanas palabras. Dime como era la luz de hace cien años, cuando aún pertenecía y me hacía falta el aire . Si ahora es tarde , no lo sé pues a nadie pregunto. Hace cien años que me fui y la tierra con raíces de olivo me cubre. Nadie desmiente la ausencia. Un vuelo circular de moscas tristes me ha traído el recuerdo del verano.

Olvido

Quedará de mí la hundida garganta sin lenguajes. Un rasguño en la carne será sin esperanza la cicatriz sin luz, una desollada vanidad de pasiones suicidas. No olvidarte, anhelaba pero la ebriedad de las horas serpentea en la puerta. No te hallo detrás de mis pupilas. Ni hay mejor destino que el olvido.

Inmigrantes

La ausencia es fugaz. Menos que un beso. Un modo de no estar y haber estado. Es un corazón sin su costado. La ausencia es una pausa. Sólo eso. Es la buena memoria un inventario, un nostálgico don del optimismo. Y haciendo equilibrio sin abismo, nos reímos de un tiempo sin horario. Expertos en la luz , como al descuido, insistiendo en que alguien nos absuelva del sueño incansable del regreso. La ausencia es un revuelo de anteayeres, Y esas mismas palabras… “Cuando Vuelva” Y esa misma esperanza. Sólo eso.

Has vuelto a envejecer

Has vuelto a envejecer. Ya no tienes la edad de la alegría. Ya no sientes el deber de la alegría. Afiladamente escombros, vuelves por la exactitud de los años. Una mujer mojada de urgencias precipita el adiós entre tus piernas. Hoy has vuelto a ser viejo.

Hace tanto sueños…

¡Hace tantos sueños que te estoy soñando! La memoria es un túnel como un enorme útero que anochece y da a luz muñequitos con los ojos tristes. Ahora que soy un poco menos buena, me enoja la bravura, las ganas de batalla, el cansancio que solía hacerme llorar, cuando quería ser lo que no soy. Pero siempre quedabas, siempre con tus frases de Epicúreo, con tu manera de decir sweater en vez de pullover. El alba apaga un cigarrillo en el humo del mío y cierro los ojos como una gata triste y te sueño. La penumbra asiste a mis caderas pero no con la magia ecuestre, ya no más con galopes mareados por los versos de suburbios de Lugones. ¿Sabes? ¡Hace tanto sueños que te estoy soñando!

Falsas creencias

Uno cree que se va morir de ausencia o de tristeza, que los campanarios de hielo han invadido la tierra. Pero no morimos. Nos damos cuenta con sorpresa, que no hemos alcanzado ni un reflejo del sueño que tuvimos. Ese día creemos que vamos a morir pero no morimos. Uno cree que el exilio, el desamor o la renuncia cuando ya no es tiempo de uvas ni de almendras, van a aproximarnos a la muerte. Creemos que vamos a morir, pero no morimos. Alguien con más poder que alma se seca las manos mojadas en nuestros cabellos. El corazón camina a tientas. Aún así no morimos.

Expediente

Expediente: conjunto de todos los papeles… Veo la tierra y es un expediente de los malos tratos. Resiste una mujer que invierte su hijo y no lo expulsa para que no se vaya. Expediente: serie ordenada de actuaciones… Me pregunto si el dolor y la usura concebirán un orden .Una actuación silenciosa del caracol de los infiernos, que se arrastra dejando los rostros atónitos. Expediente: curso en los negocios y las pausas Perdón por la tristeza, dice mi tierra y vomita negocios y estremece las pausas y va explotando esquirlas de bombas invertidas, de hijos invertidos que se vuelven al parto, de manos invertidas, de gozos invertidos. Los párpados se vuelven rastrillos de silencios y abraza el campo un espantapájaros de acero. Leo la tierra mía y es un expediente de los malos tratos…

Espejismo

Esta tarde miré y había una vida por delante. Algo de júbilo que parpadeó en el viento. La mujeres gordas no engordaban y los hombres no empapaban la acera con saliva. No dormitaba el aburrimiento. Nada de eso. Y llegó la noche . Un gato se suicidó en la basura. y sospeché de la paz. Mucha felicidad era. Y a coro comenzaron otra vez a roncar los vecinos.

Éramos todos inmigrantes

Eran inmigrantes, un pedazo de exilio con frontera, un exceso de pájaros de asfaltos, una esquirla de callada guerra . Un poquito de cielo amaneciendo, con vocación de júbilo y de tregua, una redención de los ensueños, una ferocidad de la paciencia. Éramos todos inmigrantes, todos trazumábamos ausencias. Suicidas de amor y con bastones de moderado orgullo por la acera. Ávidos por túneles de partos, a los tumbos y a tientas, con los ojos de cobre por el llanto y la risa de ámbar y sedienta. Éramos todos inmigrantes, que con manos de luz y rabia buena íbamos hilvanando en el silencio la mirada hacia atrás, huella por huella.

El exilio es mi hogar

El exilio es mi hogar con ojos tristes. La frontera, mi patria sin orgullo. El traicionado llanto de las fotos me demora la mano por las sienes. He malgastado la memoria.

El adiós

Nadie más que él en la sustancia láctea de mi boca, en mi corazón vidriado por crisálidas de ruidosa indecencia, por la tarde gastada. Yo solía abrazarlo desde la clara retina de miradas de mi amor de cien metros cuadrados. Y desde el adiós me encerré en la torre donde pateo vientres desprovistos. (Y en lo oscuro suelo creer que afuera es primavera) Y coronó mis sienes con laureles de hambrienta lucidez con la hambrienta voracidad del desencanto. Se volvió al bostezo de sus días. Y me inventó el pecado de los papas para mi embrujo, dijo. Bruja alegre de garganta dulce, susurró en su atrio de adiós con antifaces. Desde entonces ahuecando colchones con el pulso en mi rito de iniciación , pobre nutria ámbar estrenando el cuerpo entristecido, las culposas manos, me amo pensando en él de espaldas y en su nombre.

Dejaste inhóspita

Dejaste inhóspita la mansión que me habita y derrama los cuartos por mi espalda. Mi cadera expande sus secretos Y es exacta la ausencia. No dejo de amar y envejezco a la sombra. Mi útero acampa en la sábana estéril. Camino inútilmente hacia mis brazos. No comienza mi cuerpo su agasajo.

Debajo de la Memoria

Debajo de la memoria sobornada, de la desnutrida piel de la nostalgia, mis huesos escamados prosiguen su viaje hacia la deserción. Un liviano cuerpo, a pesar de mí, camina. No hay más verdad que la frontera.

De qué se trataba todo esto

De qué se trataba todo esto, no lo sabía. Quise tomar el atajo y beberme la risa y la alegría. No sabía que la fórmula era cal y arena. Cal y arena. Cal y arena. No creerlo quería pero el entendimiento me tomó por sorpresa, al codo del camino. De qué se trataba todo esto, de qué se viste la vida cada día tal vez lo entienda cuando inesperadamente me codee con la muerte. Y tenga miedo a morir. Siempre nos dará miedo. Seguramente le imploraré a la muerte un indulto. Seguramente. Y pediré perdón por esas tantas veces en que hablé de morir con tanta ligereza. Mientras tanto todo parece un túnel. Una breve, titilante luz me toma de la mano. De qué se trataba todo esto, hasta ayer… Hasta la madrugada…no lo sabía.

De los años

Cuando llegue Cuando llegue la tardía paz y ya no pese esta colmena de agitadas alas, y se corrompa la eternidad delante de un reloj que se detiene… Habré, entonces , profanado los espejos. Se escurrirá la juventud, sin darme cuenta. Quedará de mí Quedará de mí la hundida garganta sin lenguajes. Un rasguño en la carne será sin esperanza la cicatriz sin luz, una desollada vanidad de pasiones suicidas. No olvidarte, anhelaba pero la ebriedad de las horas serpentea en la puerta. No te hallo detrás de mis pupilas. Ni hay mejor destino que el olvido. Viajé amniótica Viajé amniótica con hélices y túneles. Fui menos que un embrión o que un gameto. Un zaguán de ulcerados calendarios asistieron mi viaje. Una materia ingrávida. Y al fin, hallé el fuego. Había grandes reptiles con pobreza de días ,una mujer de piedra, y una pira con sangre. Pero había equivocado mi camino. Hoy, mientras todavía Hoy, mientras todavía late con brío el músculo esencial, y que todavía ...

De Exilio

I La memoria Debajo de la memoria sobornada, de la desnutrida piel de la nostalgia, mis huesos escamados prosiguen su viaje hacia la deserción. Un liviano cuerpo, a pesar de mí, camina. No hay más verdad que la frontera. II Aletearán los pájaros Aletearán los párpados, como pájaros sin jaulas, sin barrotes de lápidas. Sin la despojada matriz de las pupilas en la mirada última, recuperaré el milagro de la vista. Los ojos celebrarán el buen paisaje. ¡Otra vez, otra vez el color de mi calle! III Es mi hogar El exilio es mi hogar con ojos tristes. La frontera, mi patria sin orgullo. El traicionado llanto de las fotos me demora la mano por las sienes. He malgastado la memoria.

Callada y morena

Yo he tocado fondo, como ya me he muerto, he nacido eterna. No quiero deseos desear sus labios. No quiero este enjambre que en mis manos tiembla. Sólo este silencio de dique y cerrojo, de badajo y luna, golpea y golpea. Como un rictus nuevo, como una sentencia en mi mudez nueva. Y usted que me mira y acaso sonríe. Y usted que me quiere callada y morena. Lo efímero , el agua, lo fugaz del día. Me cuelgo del aire, del instante apenas. No…Yo ya no quiero carne perfumada…. Intento….el escudo, la lanza, la tregua. Usted me intimida y araño la asfixia. Yo no quiero urgencias y mi voz se quiebra como un timbre roto y vacío tanta garganta secreta. Y usted que me mira. Y usted que me quiere callada y morena. Mi grito es antiguo, medieval , mi vientre que mata las brevas y hago un duelo dulce con palabras de humo que ya no son ciertas. Me armo de silencio y anudo fatigas de asfalto con penas. Y como aun respiro, perdono a mi muerte y al adiós. Mis venas trafican su sangre con héroes de acero....

Busco en el diccionario

Busco en el diccionario la palabra Olvido: acción de dejar de tener presente en la memoria… acción de morir como un árbol, de pie y sin entierros, acción de arrojar por el balcón la última porción del ancla que alguna vez salvaba del naufragio. Olvido: cesación de un afecto, pornografía explicita del corazón en cueros por la cama que llora, acción de lamer sin palabras los perros de azúcar. Olvido: falta de recuerdo, mentira, mentira. Acción de vaciar el llanto como un suero espeso e invisible ante los ojos de verdugos de humo. Olvido: acción de silenciar a las sirenas Y comerse con chocolate la última brevedad de los asombros.

Aquí Enero de frío

Aquí Enero de frío y yo sé cosas de todo el mundo. La lonja amarga de las Noticias me arroja el horror en la boca como un camión de guerras. La vieja costumbre del papel impreso vuelve un tobogán de sangre, de triste sangre a los periódicos y sé un poco más. Y no lo puedo cambiar. Una bondad ausente me aclara las canas disfrazadas y sé qué sucede en el Medio Oriente y la esquirla que mata a las mujeres en manos de excesivos verdugos. Aquí Enero de frío. Y un abuelo me pide que lo ayude a cruzar la avenida y ahora sé de él, pues me cuenta la invertida orfandad de unos hijos que no acuden al padre con invierno. Estalla un niño y llora la bomba en los brazos de una madre ya no más madre. Y no lo puedo cambiar. Aquí Enero de frío . Se triplica la imagen y el domingo le arroja al lunes aún más información . Sé tantas cosas del mundo que no puedo cambiar, hasta sé lo que pasa en el espacio. Pero no sé nada de ti. Y tampoco lo puedo cambiar.

Yo no sé por qué

Yo no sé por qué estoy en este calabozo. Siempre me enseñaron que había que decir la verdad y cuando aquel hombre vestido con un uniforme tan resplandeciente pasó a mi lado ,yo solamente le pregunté que cómo podía pavonearse con tanto ornamento en su vestimenta mientras había tanta gente, incluso ante sus ojos, que apenas si podía cubrirse dignamente en invierno. Y yo no sé por qué, cuando dirigiéndome a la mujer que colgaba de su marido y de su brazo, le dije que vestir tan estrictamente a la moda era producto y ficción de un capitalismo desmedido, una manifestación de frivolidad y que sólo llenaba los pobres espacios de su falta de identidad, ella se molestó de esa manera. No estoy muy confortable en este calabozo pero me distraigo un poco convenciendo a mis guardianes de que lo que yo digo no es ideología política porque yo me cago en eso, sino que lo que yo pienso trasciende a un cuadrado ideológico: yo creo que basta con levantar la mirada, les digo, p...

Verde, yo te quiero verde

Según la mitología , Salmacis amó tanto a Hermafrodito que hizo lo indecible para atraer su atención , como por ejemplo, arrojarse al río desnuda y nadar hacia él sin ningún tipo de prurito ético. Melinche casi traiciona a su pueblo por amor al soberbio Hernán Cortes y Ginebra, encelada por Lancelot, puso en peligro la estabilidad del reino británico en plena gestación. Mi mejor amiga, Piruchi, se subía todos los días a los árboles de la plaza con el pretexto de buscar un gato inexistente ( pero cuyo maullido llevaba grabado en una pequeña grabadora de periodista, en su bolso). ¿Por qué? Ella sabía a qué hora exactamente pasaba por allí quien ahora es su felicísimo marido y sabía que él no solamente le miraría las piernas y esas redondeces apenas cubiertas en verano, sino que en un acto de caballerosidad se ofrecería a ayudarle, bajo el efecto de un morbo atroz disfrazado de moralidad solidaria. ¿Por qué entonces - si todavía la humanidad actúa con desca...

Tiempo de Alcachofas

Éramos pobres, moliendo el rumbo que una vez soñamos Estábamos tan pobres, tan desesperadamente pobres que ya ni para víveres teníamos. Nuestros estómagos entonaban melodías de flautas eternas y por la piel nos surcaba insistente, una transparencia ámbar. Era para el tiempo de los alcachofas. La situación era de verdad crítica, angustiante ya que nos comenzaba a aturdir un mareo voraz, suerte de neblinas tras el claro ulular de las vísceras huecas, desprovistas, indecentes. Decidimos tomar una determinación. Con la dádiva traducida a euros que conservábamos en el monedero de plástico, creímos que lo mejor era recurrir a los alcachofas, baratos sustitutos, baratísimos, casi regalados. Tres kilos por un euro casi nada, a nuestro alcance. Con ellos, jugosos, glaucos, salvadores, engañaríamos las fauces anhelantes. Acumulando fuerzas llegué hasta el mercado, esperé mi turno, y con un dejo de implor...

Querida mamá

Mi mamá me acaba de dejar en la puerta de una casa que apenas si me resulta familiar. Bien arropadito y en una canasta, el mundo desde aquí abajo se me antoja inmenso, inmenso. Yo no sé para qué me abrigó tanto mi mamá. El sol comienza a invadir mi pequeño lugar. ¡Porqué me habrá dejado aquí mi mamá! Recuerdo el día que comenzó mi aventura. Hacía poco tiempo que mis papis habían decidido ir a vivir juntos. Como no tenían donde vivir, le pidieron un cuartucho al final de un corredor, a un hombre que fumaba en pipa y usaba zapatos blancos. Todo lo que había en esa pobre pieza, era una cama, un calentador, una mesa y una radio. El día que mi mamá se enteró que me estaba esperando, se puso histérica, furiosa. Le dijo a mi papá que “ sos un hijo de tu gran madre, y no servís para otra cosa que para hacer porquerías”. Entonces yo pregunté si era yo la porquería pero más vale que nadie me escuchó por que yo era rechiquitito y no sabía hablar, ni siquiera enviarle...

Perdón por la tristeza

-Tiene que venir, tiene que venir, dijo arrastrando las palabras. El hombre oscuro aspiró una pipa milenaria y acomodando su corbata, se miró fingiendo descuido, en el vidrio opaco de la ventana de la decadente confitería, llena de hombres tomando cerveza, fumando, mirando cualquier partido, mirando como la pelota trazaba por el pasto el rencor de la semana, mirando a la hinchada gritar de alegría y furor seco tras cualquier jugada que ayudase a la confusión. Con un gesto llamó a la mujer que atendía el lugar, que se acercó cansada y gorda y le sirvió otro café. Él contaba a escondidas las monedas que le quedaban y espiaba por enésima vez la ventana para ver aparecer a Diana Aguado. Con la sonrisa nerviosa, tragaba saliva a cada rato y no podía evitar ese latido inevitable que se ensañaba en los ojos. Como se había sacado los lentes para verse mas joven, todo parecía cubierto por un velo distante y transparente. Tragó saliva con la boca seca otra vez porque se d...

Nadie como ella

“Yo, como las naciones venturosas, y a ejemplo de la mujer honrada, no tengo historia: nunca me ha sucedido nada” A. Nervo Hoy la he visto después de largo tiempo, sin querer, coincidiendo en lo arbitrario de la casualidad y al ver que sonreía, egoístamente, sentí desazón. ¿Acaso no debería estar triste? ………………………………………………………………… Cuando la conocí, traía en su sonrisa una melancolía rara, una secuela de espanto y optimismo que no alcanzaba a entender. Reía siempre con la boca y con la mirada lloraba sin lágrimas. Pero hablaba de felicidad. Siempre hablaba de felicidad. Atrapado, un rehén de la armadura social, representé un papel ante los demá...

Mi problema victoriano

En pleno apogeo de la revolución “industrial”, cuando un tal Mendel presenta informes sobre herencia genética y un inteligentísimo Robert Lee da explicaciones sobre el proceso biológico del que las damas hablan en voz baja y los hombres ni comentan, ese fenómeno llamado menstruación, la sociedad victoriana sigue padeciendo prejuicios y ausencia de libertades, que nos afectan principalmente a nosotras: las mujeres. Ya desde siglos pasados se ha creado el mito de la mujer prácticamente asexuada, abocada a la única célula necesaria digna, es decir a su familia y debilitada por la instrucción , que las conduce, según el protocolo vigente, a una excelencia femenina. Las sociedades reparten sus roles y siempre le toca a la mujer la parte pasiva, una marginación disfrazada de hogareñas sumisiones. Lamentaba por aquellos días el hecho de que las mujeres se deleitaran leyendo la “Pamela” de Richardson . Yo me decantaba con Mary Wollstonecraft y su “Vindicación de los de...