Niño de Buenos Aires

Te debo las estrellas
de una noche encantada
y el murmullo del viento
dentro de tu corazón.
Te debo la esperanza
de un mañana sin pausas
un osito travieso
corazón de algodón.
Te debo los futuros
que no tienen encuentros
con andenes prestados
donde solo hay dolor.
Te debo la dulzura
de los olores viejos
de un patio de glicinas
y un abuelo gruñón.
Te debo tantas cosas
niño de Buenos Aires
pedacito de vida
que se olvida en un rincón.
Nada yo puedo darte
en esta prisa del tiempo
solo mi pobre esperanza
de un futuro mejor.


Marta Milesi

lavasijadebarro@yahoo.com.ar

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